
Capítulo 4: Chrisis? What Chrisis?
18 octubre, 2015
2. Indiscipline
18 noviembre, 2015Cuando terminé la mili empezó mi locura por “Marillion”. Me lo compraba todo: revistas, pictures, posters, chalecos de Trewavas, etc. Estoy convencido que si llega a salir una serie limitada de condones de “Fish” con la forma de un pescado, me los compro seguro. Por cierto, sabéis lo que le pasó a Mosley? Pues resulta que fue a una tienda en carnavales para comprarse una careta y le dieron solo la goma.
“Marillion” los tendré siempre asociados a mi primer trabajo formal. Tenía 24 años y entré a trabajar en el Banco un lunes. Se dio la casualidad que al siguiente lunes mis adorados Marillion tocaban en Marsella. Era el concierto de mi vida y tenía que ir si o si, me daban igual los daños colaterales que ello podría suponer. Tuve un par de … para ir a hablar con el Director de la oficina con una cara de preocupación extrema, más o menos como el fallecimiento de mi madre. Le dije textualmente:
Mikli: Señor Director ya sé que llevo poco tiempo trabajando en esta entidad (había entrado el día anterior).
Director: Dime Sr. Toris
Mikli: Resulta que tengo un problema. Para mí es muy serio, pero posiblemente para otras personas no lo sea tanto. Yo solo espero que me comprenda, aunque mi escala de valores sea muy distinta a la suya.
La cara del Director era una extraña mezcla entre curiosidad e incredulidad
Director: Por supuesto, Sr. Toris dígame que le ocurre y veremos si puedo hacer algo por usted.
De nuevo me tenía que arrastrar por los suelos para pedir un “puto” día de fiesta para, ya me dirás, hacer lo más normal del mundo, ir a ver a Marillion a Marsella. Me temía lo peor…
Mikli: Sr. Director, creo que no me he explicado correctamente.
Se acomodó en el sillón, encendió un pitillo y me miró con cierta cara de mosqueo.
Mikli: El tema es que no voy a venir el lunes a trabajar bajo ningún concepto.
Y se hizo el silencio. Los segundos parecían minutos. Me sudaban las manos. La corbata me apretaba más que nunca.
Director: No vamos a discutir el primer día de trabajo, pero me quedaría más tranquilo si usted me cuenta el motivo de esa importante cita. Es su vida y no tiene obligación de contármelo.
Y yo pensaba…le cuento que trabajo de voluntario en una ONG, o le cuento la verdad (y que piense lo que le dé la gana)
Mikli: Sr. Director, tengo una pequeña enfermedad.
El Director empezó a poner cara de preocupación…pero a quien coño hemos fichado.
Mikli: Estoy loco, loco por la música y el lunes toca mi grupo preferido.
En el fondo le note aliviado, al señor.
Director: Pero Sr. Toris, yo no le veo ningún problema, Ud. Trabaja por las mañanas y los conciertos son por la tarde.
Otro problema, este Señor se piensa que voy a ver a Manolo Escobar en Bilbao.
Mikli: efectivamente, el concierto es por la tarde, más concretamente a las 21H, pero resulta que es en Marsella y para llegar tengo 12 horas de tren.
Director (con cara de asustado): Y al día siguiente a qué hora le llega el tren?
Mikli: A las 7,30H de la mañana.
Director: Cójase el día siguiente también y ya hablaremos más tranquilamente, y por cierto ¿Cómo me ha dicho que se llama el grupo?
Mikli: Sr. Director, se llaman “Marillion” no son muy conocidos pero se los recomiendo encarecidamente.
Me salí con la mía, pero había quemado demasiados cartuchos el segundo día de trabajo. Aunque el tema no salió tan mal, terminé trabajando en el Banco 4 años, todo un record.
El concierto fue más que un concierto, fue una aventura que empezó una semana antes, yo en el despacho del Director del Banco y mis colegas saliendo en auto stop hacia el concierto. Yo fui en tren, el mismo día del concierto, junto con otro colega.
Llegamos pronto a Marsella y nos fuimos derechitos al lugar del concierto, justo al lado del Faro. Vimos la prueba de sonido y después estuvimos charlando con ellos (caso me muero de la emoción). Uno de los conciertos más intensos que he visto. Por cierto, nos salían amigos por todos los lados, nuestras provisiones de THC siempre eran abundantes y en Francia no es fácil conseguir estas substancias.
Nos volvimos en tren. A Igor no le apeteció pagar el billete y durmió toda la noche en el WC por mido a ser descubierto por el revisor. El pobre estaba roto al día siguiente.